Cuando se trata de la limpieza de una alfombra persa, todo el mundo afirma conocer la única sabiduría verdadera. Lo fascinante de una auténtica alfombra es que es arte y objeto de utilidad en uno. Por lo tanto, no necesita (casi) ningún tratamiento especial.
Para el uso doméstico se debería hacer un pequeño tratamiento especial cada 7-10 años en forma de un servicio de lavandería completa. La razón es que el inevitable polvo de la casa se asienta en su forma más fina en la base de la alfombra, lo que acelera el desgaste de la alfombra por un efecto parecido al papel de lija. Para evitar esto, la alfombra debe someterse a una limpieza adecuada, tal como la ofrecen unas cuantas tiendas especializadas – entre ellas por supuesto la nuestra.